Localidad: San Millán de Lara
De estilo románico, levantada en 1165 por Benito, Miguel y Martín, sobre la primitiva cueva del Santo eremita Millán. En su interior, al que se accede bajo dos sencillas portadas románicas, todavía se conserva un elegante arco mozárabe.
Pocos años antes del derrumbamiento definitivo del mundo visigodo —al comienzo del siglo VIII y debido a la presión agarena—, según cuenta la tradición y como parecen atestiguar los restos conservados, un ilustre anacoreta encontró refugio en una cueva escondida entre un espeso robledal. Si se sigue haciendo caso de la leyenda, dos siglos después, en el mismo lugar donde estuvo viviendo San Millán, el conde Fernán González mandó levantar el monasterio de San Millán de Lara.
Lo que sí que está documentado es que desde el siglo XI, pertenecía al cenobio de San Vicente de Silos —embrión del famoso monasterio de Santo Domingo—, y que, a partir del año 1158, por mandato del rey Sancho III, pasó a depender de la Catedral de Burgos. Desde entonces mantuvo el título de abadía, siendo casi siempre el abad un canónigo del cabildo de la sede de la Archidiócesis "Burgensis".